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Febrero y no doy más...

¿Te sientes cansado?

 

Mejorar tus niveles de energía es posible, con un enfoque integral y cambios de hábitos estratégicos.

 

Lo primero que hay que saber, es que nuestro cuerpo obtiene la energía a partir de los alimentos. Es por esto, que es imprescindible que seas consiente de qué tipo de combustible le estas aportando a tu organismo. ¿Es energía limpia y de calidad? O es combustible barato y de pésima calidad.

 

La producción de energía proveniente de los alimentos (es decir proveniente de carbohidratos, proteínas y grasas) se lleva a cabo dentro de la célula, específicamente en una estructura llamada “mitocondria”.

Básicamente, cuanto más eficientes sean tus mitocondrias para generar energía, más energía vas a tener disponible.

 

¿Y que determina cuan eficientes son esas mitocondrias? Esta es una muy buena pregunta, que responderemos a continuación:

 

1)    Balance Nutricional: Como te comenté más arriba, es imprescindible que la energía que aportas a las mitocondrias provenga de alimentos de calidad. Es decir que sean calorías “limpias”. Consideramos calorías limpias a aquellas que tienen una cantidad adecuada de energía por porción, además de vitaminas, minerales, nutrientes esenciales, etc.

2)    Actividad Física: El ejercicio estimula la creación de nuevas mitocondrias y mejora la eficiencia de las ya existentes. Entrenamientos de resistencia, o el tan conocido y de moda HIT (High Intensity Traning) son ideales para obtener estos beneficios.

3)    Manejo eficiente del Estrés: El estrés crónico nos agota, ya que para que el organismo pueda manejar eficientemente el estrés desvía recursos que debían de utilizarse para la generación de energía. Entrenarse en técnicas de meditación, mindfulness y practicar un estilo de vida “slow” pueden ser excelentes aliados para el manejo del estrés.

4)    Hidratación: Nuestro cuerpo está compuesto por 70% de agua. El citoplasma celular (donde se encuentran las mitocondrias) también es líquido. El agua es crucial para el buen desarrollo de numerosos procesos metabólicos. Mantenernos hidratados asegura que nuestro metabolismo funciones de una manera correcta. Y la mejor forma de hidratarse es consumir agua y los electrolitos correspondientes. No consumas jugos, bebidas deportivas con azúcar, zumos de frutas, tizanas, zumos, y por supuesto refrescos azucarados. Ninguno de todos estos hidratan tan eficientemente al organismo como el agua + elecrolitos.

5)    Sueño de calidad: Seguramente habrás oído hablar que durante el descanso nuestro cuerpo se regenera. Igualmente, nuestro cuerpo regenera energía durante estos periodos de descanso tan necesarios. Un sueño de mala calidad, o la falta de horas de sueño dificultan este proceso y promueve la fatiga crónica.

6)    Suplementación y buena nutrición: Hay una serie de nutrientes que son esenciales para que todo funcione bien en nuestro organismo. Se llaman micronutrientes, porque el organismo los requiere en pequeñas cantidades, pero aun así son imprescindibles. Ejemplos de estos son las vitaminas del complejo B, la vitamina D y el magnesio. Mantener una alimentación variada y limpia, consultar con el especialista, y suplementar en caso de que sea necesario ayudará a que tus niveles de energía sean óptimos.




 

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